Una visión crítica del PowerPoint

El PowerPoint ha generado una cultura en torno a la optimización, en tratar de reducir la información a su mínima expresión, en explicar la mayor cantidad de datos en el menor espacio posible. Ideado como una herramienta para presentaciones, se ha arraigado tanto que es prácticamente impensable una charla o una presentación pública sin apoyo de las diapositivas.
En el esquema de pensamiento que implica esta herramienta, sobre todo en el ámbito educativo, estimula a que un estudiante aprenda a sintetizar, a encontrar los puntos clave, pero no se debe abusar de este programa.
Es un programa muy versátil, porque te permite presentar de una manera muy dinámica la información que uno requiera, sean poesías, reflexiones, temas de estudio, gráficas estadísticas, organigramas, diagramas de flujo, tablas, hipervínculos...incluyendo todo tipo de imágenes, fotografías, gráficas, adicionando fondos de texturas, de gradientes, de imágenes, sean animados o estáticos..... Puedes dar animaciones al pasar de una diapositiva a otra, y dentro de una diapositiva colocar objetos en movimiento, regular el tiempo y la velocidad de esos movimientos, colocar sonidos, hacer transición automática de una diapositiva a otra, regulando el tiempo de transición o programarla al dar clic para que el expositor pase de una a otra diapositiva... Puedes también adicionar música y sonidos preestablecidos por el programa.

Algunas de las críticas que se la hacen a PowerPoint, aplicables a la educación son la tendencia coercitiva de las presentaciones, tablas demasiado simplificadas de la información, presentación de las ideas excesivamente jerárquica, lo que lleva a perder el hilo y secuencia por parte de los alumnos. Presentación simplista de ideas, que se representan generalmente en listas o puntos muy breves.